Hoy ha sido un día especial en el Peque Huerto de Navalazarza, ya no solo por la celebración de este día sino por la cantidad de cosas que sucedían en el cole al mismo tiempo: concurso de disfraces, concurso de calabazas, nuevo programada de radio, fotos divertidas con su PhotoCallHalloween… y entre medias de todo esto: Nuestras Manos a huerta, hoy ¡Samaín!
¿Qué podíamos hacer el día más terrorífico del año? Pues pasarlo bien comunicando historia a través del huerto para los peques de 7 y 8 años.
Hoy nada menos que 5 clases (todo 2º y 3º de primaria) han podido disfrutar de “La Castañada” que hemos preparado en un aula. Ha sido “oscuro” porque Nacho nos a guiado a un aula con dos velas, una hoguera (simulada por un fuego eléctrico porque todavía Mari Sol no nos deja hacer fuego en las clase, cosa que agradecemos porque si no saldríamos oliendo a leña), una pedazo sartén con decenas de castañas y muchas historias.
Hoy hemos aprendido que las castañas son de la estación otoñal, que a parte de estar muy ricas cuando se asan, también eran las tradiciones en España antes de la aparición de Halloween hará unos 30-35 años. Que en la actualidad hay muchos pueblos que mantienen el asar castañas la noche del 31 (algunos también el día de San Martín, 11 de noviembre) y que es una forma de reunirse tod@s para agradecer a nuestros antepasados.
Nacho nos ha animado a agradecer de forma espontánea a nuestros tataratataratataratatarabuel@s, cada uno podíamos decir lo que deseábamos. -Ha sido muy emocionante escuchar como todos tenían algo que agradecer: por estar vivos, por cuidarnos de allá arriba, por las medicinas, por los avances tecnológicos, por cuidar de los abuelos malitos, por tener una casa, por tener ropa, por poder jugar, por…, por…, por…. La lista ha sido larguísima.
Terminamos el taller con la figura del campanero que tocaba durante toda la noche las campanas de la iglesia para que todos los vecinos acudieran y lo hacían con castañas asadas para que el hombre pudiera tener energía (y vino, así que imaginaos qué castaña cogía…¡uy, vendrá de ahí la expresión!). Esa campana la tocaba Nacho con un bol de aluminio del comedor del cole y en ella ponía las castañas de nuestro curso.
¡Los antepasados de Nacho decían: Siempre que compartas lo que tienes, habrá para todos! Así que hemos compartido nuestras castañas.
Como dato curioso hemos aprendido que los maquillajes sofisticados y terroríficos de hoy día tienen un origen más humilde. Las castañas sacadas del fuego con la cáscara negra servían para tiznar los rostros de los asistentes.
Si eres parte del cole de Navalazarza aquí puedes ver todas la fotos pertenecientes a la actividad.